El proceso creativo no es una cuestión de fuerza de voluntad ni sacrificio. La creatividad surge como algo que te sucede, no como algo que puedes controlar o forzar. Es en este espacio de encendido y apagado donde emerge lo nuevo. Tus estados fluctúan entre la melancolía, la tristeza, la alegría y el vacío, y son parte esencial del proceso creativo. Si tienes definición individual en tu diseño, experimentarás esta transformación creativa en su máxima expresión. Cada una de las puertas individuales conlleva melancolía, encendido, apagado, alegría, tristeza.
Lo que eres no lo puedes elegir, pero vivir en base a quien realmente eres es muy creativo. Ser auténtico y expresarte desde lo que realmente eres, presentarte al mundo como quien eres y no como alguien que no eres, es la esencia de una creatividad genuina. Sin embargo, en un mundo donde todo tiende a ser homogeneizado, donde las expresiones individuales suelen estandarizarse, la creatividad corre el riesgo de desvanecerse si intentas forzarla o convertirla en un producto comercial.
Muchos artistas experimentan crisis existenciales debido a esta presión de producir bajo la exigencia de una industria que antepone el dinero y el coste a la parte creativa. Esta demanda de resultados rápidos para satisfacer las necesidades del mercado lleva a que la creatividad se desvanezca cuando intentas utilizarla como un negocio. Antes, en el mundo de la música, se invertía en las bandas y se les daba tiempo para que su creatividad pudiera manifestarse de manera natural. Hoy, sin embargo, la creatividad está sujeta a tiempos y fines comerciales, convirtiéndose en algo superficial y sin espíritu.
Recuerda que el proceso creativo es dual; puede ser tanto constructivo como destructivo. La creatividad auténtica requiere respetar los tiempos y aceptar que lo nuevo siempre viene de lo viejo. Este reordenamiento y transformación es inherente a nuestra especie, y es la parte creativa del ser humano la que ha impulsado la evolución, la tecnología y las transformaciones culturales.
Si tienes una definición individual en tu diseño, abraza tu tristeza y tu mal humor, y aléjate de las justificaciones y racionalizaciones constantes de tus estados emocionales. En el proceso creativo, los momentos de tristeza y alegría se entrelazan de manera natural. Si respetas el proceso, tarde o temprano llegará lo nuevo, y es entonces cuando te sentirás potenciado, teniendo incluso la capacidad de inspirar y potenciar a otros con lo que sabes. La clave está en permitir que el proceso fluya sin forzarlo ni buscar validación externa, sino estando presente para capturar los momentos de inspiración cuando surgen.
El diseño humano te muestra una perspectiva de la creatividad que invita a abrazar la mutación y la transformación personal como parte del camino creativo. Vivir en base a lo que eres y permitir que la transformación ocurra sin intentar forzarla es, en esencia, lo que te conecta con el verdadero poder creativo que hay en ti.